sábado, 2 de febrero de 2013

Ojo por Ojo


Introito

En el verano del año 2006 un oso proveniente de los Alpes se extravió por algún motivo y tuvo la inmensa desgracia, de venir a dar precisamente a Alemania. Los habitantes de este país, como es habitual en ellos, se desquiciaron, se enloquecieron de terror, entraron en pánico colectivo y decidieron cazar al pobre e inocente oso hasta matarlo. La prensa alemana lo bautizo „Bruno“. El schock emocional que me causó este vil crimen me llevó a escribir este poema.




OJO POR OJO


En amorosa memoria del Oso Bruno





En la primera plana del periódico aparece la foto del oso
que ha sido avistado en la pradera germana,
y debajo el aviso siniestro:

ASESINAR AL OSO

Pero el oso en cuestión, 
feliz e ignorante, se pasea muy campante por la rivera del Rhin
Persigue mariposas, retoza entre la hierba, conversa con las aves, 
busca comida en la basura
Se tiende panza arriba juguetón sobre la hierba.
Su corazón es suave y tierno como la mermelada, 
ama el verde de los eucaliptos, el sabor del bambú, 
el rumor de la lluvia, 
la suave agua cristalina jugueteando, entre sus dedos.

NOTICIA DEL DÍA

El ministro del interior del Estado de Baviera ha ordenado asesinar al oso 
Yo personalmente, preferiría asesinar al ministro
(Eso si que seria buena noticia)
Estirpar su cerebro, arrancarle la piel para hacerme un monedero
exhibir sus muy políticamente correctas visceras en el Museo de Ciencias Naturales

A menos claro está, que el ministro prefiera
que lo anestesiemos primero
y lo soltemos vivo y desnudo muy lejos de aquí
donde no pueda dañar a nadie.



Eva Durán

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