sábado, 2 de febrero de 2013

La pervertida








la niña buena de habitación celeste
la silenciosa amante de raíces hondas
la noche encendida que se vuelve piel
la obicua irremediable
que se marcha siempre
sin dar un beso
sin confesar que es feliz
que le gusta estar viva
que haber nacido le basta
Y que aprendió a perdonar
por sobre todas las cosas
y que por eso precisamente
tiene las manos llenas
por eso canta en la madrugada
por eso sonríe cuando le llaman loca
Que llegò desnuda al corazón del mango
sin tenedor ni cuchillo
cerrando los ojos
masticando despacio
Y que amanece contigo
por puro despiste
porque no espera nada
porque le gusta comerte
porque lee a Fallaci
y porque te ama.
 




Eva Durán






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