Al amanecer
tu piel despierta
altar sagrado de coraje y vino
es una realidad demasiado pura
un espasmo de luz
que disuelve la malicia del mundo
Mi cuerpo en tu cuerpo
poderoso y humeante
como pan fresco
sonrisa ancha, calor
tierra codiciada por mis manos
que solo a ti te pertenecen
Me sumerjo en tì una vez más
como al principio, como siempre
y como siempre tus labios
tus labios que se hacen boca
que son una boca
la boca de tu cuerpo
que me traga sin palabras
que es un cuerpo
que relame
que se agranda
que se entrega sin reservas
que succiona nuestro mutuo aliento
de salivas hermanadas
y es el mundo nuestro cuerpo
que renace de sí mismo
de sus propias ruinas
para siempre masticadas
estás en mí y todo tú me perteneces
Abre las manos
aún no
no deseo acabar
se apagaría la luna en oriente
Recuerda
dormirán los delfines
una sola vez.
Eva Durán
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